CONFIESO, TENGO UNA MALA RELACIÓN CON LA COMIDA.
Para cambiar algo ha de ser evidente y en muchas ocasiones el que lo sufre es el último en verlo, el último en darse cuenta.
Para cambiar algo ha de ser evidente y en muchas ocasiones el que lo sufre es el último en verlo, el último en darse cuenta.
¿Y si el azúcar fuera el traje que el mal viste para jugar con nosotros? El mal se viste de gala con su veneno blanco.
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