15 TIPS PARA RECUPERAR LA SALUD SECUESTRADA.

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Te traigo un resumen muy resumido, super resumido, acerca de aquellos factores a tener en cuenta y mimar para recuperar la salud secuestrada que merecemos recuperar.

¿Secuestrada?


Si.


¿Por quién?

Por las circunstancias, por el entorno, por el marketing, por los intereses ajenos, por falta de conocimientos, por lo que sea.

Pero esa salud, que nos corresponde, ha quedado atrapada, alejada, desequilibrada y eso nos mantiene en un estado en el que es difícil aprovechar al máximo las posibilidades que la vida nos ofrece.

Cansado, deprimido, aletargado, anestesiado, falto de energía, falto de motivación, triste, ausente…

¿Te suena? Pues eso.

No deberíamos vivir así.
Y lo que es peor, no deberíamos normalizar vivir así.

Desgraciadamente cada vez hay mas personas que entran en esa espiral de la que no es fácil salir.

Sin energía, sin motivación, difícilmente podemos emprender el viaje de vuelta que nos conduzca hacia la liberación de esa salud secuestrada.

Así que me he propuesto resumirte en 15 puntos aquellos factores que considero fundamentales a la hora de sacar el super héroe que llevamos dentro, ponernos las mallas y la capa e ir a sacar del zulo a la víctima del secuestro.

Ahí van:

  1. La comida.

Evidentemente tenía que empezar por aquí.
Somos lo que comemos.
Y lo que cocinamos.
Ya que, para mí, una de las claves en lo que alimentación se refiere, es cocinar tu propia comida.
De esa manera evitas depender de la industria, de la comida a domicilio, controlas la calidad y la procedencia de los alimentos y lo que es más importante, cargas los platos de una bonita intención, la del autocuidado.
Eso sí, no quiere decir que un día no te puedas ir a cenar con tu gente y desparramar un poco. Como irás leyendo a continuación, eso, me parece muy importante.

  1. Movimiento.

Dormimos una media de 8 horas diarias.
Trabajamos otras 8 horas al día (mínimo) en puestos de trabajo sedentarios.
Y el resto del tiempo mucho sillón, mucho transporte público, mucho coche, mucho ascensor…
Así que me parece vital, tener una vida más vital, para llamar a la vitalidad.
Estoy redundante hoy.
Hay que tratar de contrarrestar ese sedentarismo social con estrategias que nos permitan incorporar más movimiento en tu día a día.
Algunas ideas: Ve caminando a todos los sitios que puedas, trabaja de pie frente al ordenador usando algún gadget como este, incorpora paradas en tu jornada laboral cada cierto tiempo para moverte y estirar tu cuerpo, ve a la compra cargando tus bolsas, sube por las escaleras…
Tu mism@ sabes donde están esos momentos en tu día a día, nadie mejor que tu para saber cómo ponerlos en marcha.

  1. Cargar peso.

Una buena calidad y cantidad muscular está directamente relacionada con una mejor salud. Así que es importante darle caña al trabajo de fuerza, ya sea con tu propio peso corporal o utilizando máquinas o herramientas. Todo dependerá de tus posibilidades y necesidades.
No importa tanto el cómo.
Importa que se haga.
¡Que la fuerza te acompañe!

  1. Sueño.

El sueño cumple infinidad de funciones. Repara a nivel físico y mental.
Se le presta poca atención a la higiene del sueño cuando se habla de salud y no sabéis como mejora la calidad de vida de las personas cuando duermen las horas necesarias y le dan al cuerpo lo que pide, descanso y reparación.
Ayuda mucho ritualizar el sueño, crear una rutina a través de la cual tu cuerpo entienda que va llegando la hora de plegar.
Por la noche tratar de cenar temprano, ir disminuyendo la intensidad lumínica de la casa, dejar de utilizar los aparatos electrónicos un par de horas antes de ir a dormir, rebajar la cantidad de ruido, y por que no, unos minutitos de meditación.
Por la mañana evita ruidos estridentes para despertarte, hay despertadores muy chulos que emulan un amanecer y te despiertan progresivamente con ruidos naturales. Eso sí, más allá de eso, intenta también salir y exponerte al sol lo antes posible. Esto te ayudará a equilibrar tus ritmos circadianos. Empezar bien por la mañana es la mejor manera de regular el resto del día.

  1. Naturaleza.

Somos animales, necesitamos el contacto con la naturaleza. Vivir en grandes ciudades nos desconecta de nuestra esencia y genera mucho estrés.
Así pues, sal al campo siempre que puedas, o acércate al parque mas cercano, descálzate y camina por el césped y como hace mi colega Loren abraza árboles, aunque la gente te mire raro 😉

  1. Incomodidad.

La comodidad nos hace débiles, la debilidad nos enferma.
Si bien es cierto que vivimos en entornos cómodos y eso nos hace la vida mas fácil, no es menos cierto, que por ejemplo, una excesiva comodidad térmica, es decir vivir todo el año a 23º nos aleja de las ventajas que tiene exponerse a temperaturas extremas, eso si, tampoco se trata de que salgas desnudo a la nieve, aunque en rusia se practican este tipo de cosas y tienen un buen sistema inmune.
En fin, que un poco de hormesis, eso es, exponernos de manera controlada a factores estresantes tiene sus beneficios, salir de la comodidad nos hace más fuertes.
El sofá es cómodo, pero levantarnos y coger cosas pesadas, aunque incomodo, es sumamente beneficioso.
Así pues, trata de salir de tu zona cómoda, ya sea a nivel físico, mental o emocional.

  1. Aprender cosas.

Aprender cosas nuevas, darle a nuestro cerebro estímulos, y no, no vale Netflix como animal de compañía.
Apúntate a un curso de algo que te guste, aprende técnicas nuevas, cocina cosas diferentes, lee libros sobre materias desconocidas o profundiza en las conocidas, comparte con personas nuevas, de esas que te traen bonitas enseñanzas.
En fin, que nuestro cerebro está diseñado para albergar continuos aprendizajes, generando neuro plasticidad y asegurándonos una mejor vejez a nivel cognitivo. Eso también es salud.
Menos Netflix y más libros 😊

  1. Compañía.

Somos animales sociales, el aislamiento no nos va demasiado bien. No hay mas que ver las cifras de suicidios de estos dos últimos años, en los que curiosamente se ha fomentado la distancia social y los confinamientos. En fin, que compartir con otros seres humanos nos enriquece y nos hace mas felices.
¡Busca una tribu!

  1. Juego y diversión.

Somos demasiado adultos.
Nos tomamos demasiado en serio.
No le prestamos atención a nuestro yo infantil.
Nos sometemos y/o nos someten a una presión, una seriedad y en muchos casos a un dramatismo que pesa como una losa sobre nuestras espaldas.
Para por un instante de leer y conecta con las sensaciones que generan en ti jugar como si fueras un niño y reírte a carcajadas.
Date un minuto para conectar con eso….
¿Bien no?
Pues eso, trata de buscar esa sensación más habitualmente.

  1. Sol.

Curiosamente y a pesar de vivir en un país bañado por el sol España presenta carencias a nivel general de Vitamina D.
Vivimos encerrados, apenas nos exponemos al sol y cuando lo hacemos es de manera inapropiada, normalmente los días de vacaciones de manera desmesurada y en muchas ocasiones incluso dañina.
Deberíamos preocuparnos por exponernos diariamente, un rato y a ser posible que nos de el sol en la mayor parte de nuestro cuerpo.
El sol nos alegra, países con carencia del mismo sufren más depresiones e índices de suicidio, además nos ayuda a fortalecer nuestro sistema inmune y nuestros huesos.

  1. Evitar las cosas venenosas.

Evita exponerte a toxinas químicas en tu comida (pesticidas, herbicidas, conservantes, colorantes, plásticos… Además, intenta evitar los venenos escondidos en alimentos como los azúcares, grasas trans e hidrogenadas, y mercurio en algunos peces.
La verdad es que una vez empiezas la labor detectivesca en este ámbito no tiene fin, que si el agua, los cosméticos, el aire… En fin, que si hablamos de salud también hay que evitar entrar en la paranoia, eso no es saludable tampoco.
Yo siempre recomiendo y utilizo el término “en la medida de lo posible” y sobre todo empezar por aquello a lo que estamos mas expuestos y puede generar un mayor daño, y luego, poco a poco ir introduciendo más cambios si fuera necesario.
Por cierto, el tabaco también es veneno y entraría dentro de esta sección.

  1. Beber agua.

Sobre todo, y por encima de cualquier otra bebida.
Se consume demasiado alcohol, bebidas azucaradas, zumos envasados y demás cosas que no son agua.
Agua, agua y agua.

  1. Vivir el momento presente.

De él depende tu futuro, en él se logran los cambios, en él están las oportunidades. Si estás pensando en el futuro, en lo que tienes que hacer después, mañana, pasado, estás perdiendo momentos de tu vida, se te escapan y no vuelven.
Si estás pensando en el pasado, normalmente recordamos con más frecuencia aquello que nos duele, entraremos en una dinámica de la que difícilmente escapar, culpa, remordimientos, frustración…
Pon presencia en todo lo que hagas, cuando hables, cuando estudies, cuando te ejercites, cuando sociabilices, vive intensamente el único momento que existe, el presente.

  1. Gestión emocional.

Nada nos hace sufrir mas que una gestión emocional disfuncional.
Las emociones son evolutivamente necesarias, las mal llamadas positivas y las mal llamadas negativas.
Todas ellas traen un mensaje y es importante aprender a leer esos mensajes, interpretarlos y generar los cambios necesarios que traigan de nuevo equilibrio y bienestar.
Si nos fijamos en la raíz etimológica de la palabra emoción, descubrimos que viene del latín y que significa emovere, “movimiento hacia”. Las emociones nos invitan a movernos para salir del lugar en el que nos encontramos.
Así pues, aprender a gestionar las emociones es fundamental cuando hablamos de salud. Leer libros sobre el tema, compartirlas o acudir a un especialista que nos ayude a colocarlas en un lugar desde el que seguir caminando.

  1. Elegir bien tu entorno.

Busca lo mejor para ti, un entorno saludable si es posible. Rodéate de personas que sumen, que te aporten, que te ayuden a crecer. Aprende a decir no, libérate de cargas que te limitan. Pero ten en cuenta que tu entorno es tu reflejo, si no te gusta lo que ves, observa muy bien lo que estás dando. Si tu cambias, tu mundo cambia.

  1. Gestión del estrés.

Dejo este punto para el final, aunque lo considero el más importante.
El estrés no deja de ser nuestro cuerpo tratando de adaptarse al entorno o circunstancias.
El estrés no es malo, al contrario, es necesario.

Eso sí, hay que diferenciar entre un estrés agudo, ese que sucede de manera puntual ante algo y por el que los distintos mecanismos de los que disponemos para adaptarnos se activan hasta que el evento ha sido superado.

Y el estrés crónico, ese que no es puntual, ese que se cronifica y que mantiene esos mecanismos continuamente activados, generando desequilibrios y enfermedad.
Siempre pongo el mismo ejemplo para diferenciar unos y otros.

Estrés agudo. Un coche se salta un semáforo, nuestra vida corre peligro, lo detectamos, se activan esos mecanismos (cortisol, adrenalina…) y por consiguiente aumenta nuestro ritmo cardiaco, nuestra sangre va a los músculos y estos nos impulsan fuera del peligro a través de un salto o un sprint.
Estrés crónico. Nuestro jefe nos putea, sufrimos acoso diario, tenemos que llevarnos trabajo a casa, sufrimos pensando en que nos quedaremos si trabajo y las consecuencias que eso traería… Esos mecanismos de lucha o huida siempre activos, esos neurotransmisores siempre “On”

¿Consecuencias? Enfermedad segura.

Pero no hay únicamente estrés emocional, existen otros tipos de estresores, químicos, físicos, energéticos, electromagnéticos, auditivos… Por eso es tan importante contemplar todos los puntos anteriores, son posibles focos de estrés. Atenderlos y reducir su impacto en nuestro cuerpo es salud.

Después de leer esto puedes pensar que vivimos en una guerra.

No lo se, tal vez.

Si entiendes guerra como un conflicto entre distintos elementos que interactúan generando, dolor, problemas y muertes, entonces si.

Podemos decir que estamos en guerra.

Por eso es necesario blindarnos y cuidar lo único que tenemos.
Un cuerpo que usamos como vehículo para circular por esto que llamamos vida.
Un vehículo conducido por un piloto excepcional, nuestra mente y nuestra consciencia.
Así pues, démosle a nuestro piloto el mejor vehículo posible.

Por un año 2022 pleno de salud física, mental y espiritual.

Acompañamientos personales.

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